La Diosa Celestia

En los tiempos más obscuros de la guerra santa, Celestia voló hacia las empíreas alturas, hasta la cuna de nacimiento del cosmos. Allí, el polvo de millones de estrellas revistió su cuerpo, y así descendió a la creación revestido su cuerpo con la Divina Armadura del Cielo, del Sol y del Trueno.

Equestria conoció así a su verdadera monarca, y marcó el inicio del fin de la guerra santa.